lunes, 28 de febrero de 2011

Fragmento: Andurriales a Aztlán


Entre 1979 y 1980, formando parte ya del TIET (Taller de Investigación y Experimentación Teatral) en la ciudad de Morelia, conformado por Mercedes de la Cruz y Rodrigo Villamil con un puñados de jóvenes provenientes en su mayoría de los Talleres Libres de la Casa de la Cultura que impartía Guillermo Ibarra y el CEDRAT y cuyo primer montaje fue Maquina, de Alejandro Licuona. Siendo miembro de esa agrupación, vimos una película –entre otras muchas por supuesto- titulada Up in smoke (1978) dirigida y actuada por Cheech Marín y Tommy Chong.

Richard Cheech Marín, un actor mexicano norteamericano que no dejó de sorprendernos por su impresionante juego verbal originado en el espanglih, un fino sentido de la ironía que concitaba una crítica profunda al sistema estadounidense en momentos de la guerra fallida en el sureste asiático y que durante las décadas de los años sesenta y setenta era una herida sangrante para la juventud y sociedad norteamericana. Y por otra parte, manifestaba otra forma de crítica ácida en su visión cruda de la minoría mexicana en el este de Los Ángeles, California y que ponía entredicho las múltiples políticas fallidas de los gobiernos provenientes del PRI y la historia de México. Por otra parte, la crítica mordaz a la minoría anglosajona atrapada en las drogas y el reventón de los años locos.


En ese momento en medio de la desmesura de la propaganda entorno a la “guerra fría”, Up in smoke no pasó de ser un ejercicio cinematográfico que, de alguna manera, por entonces enigmático para la mayoría de nosotros, tenía que ver con el teatro que el TIET buscaba implementar. Un teatro cercano al mito y al gusto por lo antropomorfo. Un teatro corporal. Un teatro donde los elementos escenográficos y utensilios escénicos jugaran un papel mínimo ante la presencia de la organicidad del cuerpo, las implicaciones y alcances sensibles del movimiento que la palabra suscitaba y las emociones que se trasmitían a través del reconocimiento de las tradiciones y las consejas populares: el mito.


Puesta en escena del TIET. El Rastro, autor Elena Garro.
Premio Nacional de Teatro 1985.

lunes, 21 de febrero de 2011

Teatro Bunraku



De los extraordinarios materiales de la UNESCO por el rescate del patrimonio tangible e intangible de la humanidad este magnífico video de teatro de títeres japonés.

sábado, 19 de febrero de 2011

Otro fragmento de Sobre los Escenarios

Frascuelo

El siglo XVII bajó su telón lentamente sobre la colonia de la Nueva España con los solemnes festejos organizados para la canonización de San Juan de Dios que se realizaron desde el 23 de octubre hasta el 15 de noviembre de 1700. En esta ocasión el entusiasmo de las autoridades religiosas, civiles y de los gremios; tanto como de españoles, criollos e indios; dio como resultado una fiesta larga y compleja que involucró a toda la ciudad de México por lo que se distribuyó en todos los espacios urbanos disponibles.

Armillita chico y Manolete

Empezaron los festejos con fuegos artificiales y loas a los virreyes; la procesión transitó por las calles principales; se levantaron gran cantidad de altares, tablados y arcos en los puntos más estratégicos –tanto políticos como religiosos.



Se construyó un arco monumental de la ciudad entretejido de loas y jeroglíficos, y el recorrido procesional remató en las exuberantes colgaduras que adornaban el interior de la iglesia catedral. Durante los días siguientes, extravagantes mascaradas anduvieron por todos los recónditos sitios de la ciudad, dando rienda suelta a la creatividad y fantasías de la población; salieron a la calle mascaradas de animales y carros con representaciones mitológicas; desfiló también la mascarada del mundo al revés, con varios jóvenes disfrazados de damas y mujeres en trajes masculinos; pasaron carros con jóvenes que declamaban loas al Santo; hubo mascaradas de niños de San Juan de Letrán y de los estudiantes de la universidad.

En la plaza de San Juan de Dios se representaron comedias por varios días, hasta que rencillas y pleitos entre los vecinos causaron el enojo de los organizadores, que suspendieron la última representación quitando el tablado.

Los festejos incluyeron múltiples corridas de toros que se habían vuelto, para aquel entonces, el espectáculo más codiciado(…) y el que reunía, en jerárquica distribución, a toda la comunidad novohispana que aprovechaba para dar en el coso el espectáculo de sí misma.[1]

Rodolfo Gaona

Juan el Tigre Silveti

Las corridas de toros cumplían la función social que más tarde será característica del teatro dieciochesco y decimonónico; el boato y la pompa que todavía no lograba el coliseo de comedias, considerado más bien un lugar de diversión y esparcimiento de las clases populares. La realización de estas corridas de toros son motivo de especial atención entre la diversidad de actos y eventos que componen esas celebraciones cívico religiosas.

Asistieron tanto los virreyes como los religiosos, a pesar de las repetidas prohibiciones que les obligaban a no concurrir a este tipo de eventos; la Audiencia, el Cabildo eclesiástico y el de la ciudad en pleno intercambiaron golosinas y frutas.



[1] Artemio del Valle Arizpe. Calle vieja y calle nueva. Ed. Jus. México. 1949.

lunes, 14 de febrero de 2011

Ah, el famoso día de los afectos y las compras


Las finas personas de la banda del buen Lucky Luciano.

Hubo un día, no hace tanto, en el país del sueño Americano. Que un puñado de finos personajes hacían lo que les daba la gana con ayuda y las buenas acciones de la autoridad. ¡¿Dónde hemos oído eso?! En esos día de prohibición y buenos negocios, explicablemente las fortunas engordaban bajo la cuenta de pingües ganancias producto del juego, la bebida, la fiesta clandestina, la asistencia personalizada de bellas damiselas.

¿A poco no Lucky Luciano? (1897-1962).

En esos días en que tomarse un trago era un sacrilegio penado por la ley de los hombres. En aquellos lejanos días en que en los campos de guerra los soldados moribundos exigían heroína y marihuana para expiar los horrores cometidos y las cobardías de sus destinos. Los valientes comerciantes, patriotas que pulían el filón inagotable, gozaban de los deleites de las buenas vidas y el presente, ese presente he de aclarar...

Este flamante enamorado le construyó una ciudad a su enamorada.

Benjamín Siegel (1906-1947), un soldado fiel del equipo de Lucky Luciano y Meyer Lansky (1902-1983) tuvo un sueño. Un sueño imposible que realizó sobre las calcinantes arenas de un llano y donde bautizó a la primera de sus construcciones con el nombre de: El flamingo. Con ello fundó una ciudad que jamás descansa y que todavía procura sueños y desvelos a quienes la buscan en sus pesadillas.

Vive el sueño Virginia Hill.

El sueño de Bugsy Siegel pareció costar más de lo que Los Lores del vicio estaban dispuestos aportar. La desaparición de unos cuantos millones de dólares aceleró la decisión infausta. Y el enamorado Siegel apareció con unos cuantos tiros en el rostro, sentado en su sofá de Berverly Hill. Dijeron después las viperinas lenguas que la enamorada devolvió los millones extraviados y solo una promesa de Los Lores al fiel soldado, le aseguraron la vida a Virginia.

Hoy, el sueño de Bugsy es la empresa más rentable de la nación del norte y la mina inacabable.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Le Voyage dans la Lune


El pasado 8 de febrero se cumplió el aniversario 183 del natalicio de Julio Verne (1828-1905) quien con H.G. Wells integran la dupla de soñadores que desarrollaron el género literario de ficción.


Le Voyage dans la Lune (Viaje a la luna) es una película de 1902 realizada por el creador francés Gastón Mèliès. No esta propiamente basada en el texto de Julio Verne, sino más bien es una mezcla abigarrada con la novela The first men in the moon (Los primeros hombres en la Luna) de H.G. Wells.


La obra literaria de Verne se compone de poco más de 60 novelas, algunas de ellas publicadas después de su muerte. Múltiples relatos conforman por sí mismo largas parrafadas de novelas enteras publicadas por entregas. También ese gran soñador, tal como el resto de los grandes literatos de su tiempo; Dumas, Balzac, Víctor Hugo, dedicó sus esfuerzos a la escena francesa escribiendo comedias y dramas del gusto de la audiencia que abarrotaba los locales teatrales de París y otras ciudades. Ya en 1847, por ejemplo, escribió una obra titulada: Alejandro VI. En 1850, Las pajas rotas. A instancias de Dumas hijo, es nombrado Secretario del Teatro Nacional de París. Escribe relatos, uno de ellos es Un drama en México inspirado en los viajes de Alexander Von Humbodt.

La obra de Mèliès a la que hacemos referencia dura aproximadamente 14 minutos. Son notable los alardes de producción en una época del cine cuando recién iniciaba. Mèliès jamás ganó dinero con su obra, los técnicos bajo las órdenes de Thomás Alba Édison hicieron copias y las distribuyeron por los Estados Unidos sacando así una ganancia extraordinaria de la cual el realizador francés nunca vio las utilidades.


Por su parte, Julio Verne disfrutó del éxito, el reconocimiento, el dinero e innumerables viajes que compensaban las extenuantes horas de escritura, investigación y estudio que sus obras requerían. De la tierra a la luna fue escrita en 1865 y desde el principio recibió una extraordinaria acogida. Junto con Agatha Christie es el autor más publicado y traducido del mundo.


Mariposas para compartir


Y obvio se me vino encima la nostalgia.
Mi ánimo disperso se vio turbado
por la oscura naturaleza de mi otro ser;
de las otras entidades que me hacen complejo.

martes, 8 de febrero de 2011

El último tango en París




Fue el jueves anterior, 3 de febrero que supe del fallecimiento de la actriz María Schneider en la ciudad de París, a la edad de 58 años. No tendría mayor relevancia, una mujer actriz muerta más, de no ser la protagonista de la maravillosa película: El último tango en París. Cinta dirigida por Bernardo Bertolucci en 1972 y que se transformó rápidamente en un clásico de la cinematografía del siglo XX.












No bien había subido esta entrada cuando mi amigo el Perro me envió un mail diciéndome que recordara que esta cinta la vimos en el Cine De lux que estaba allá junto a la entrada a los filtros viejos, donde hoy hace esquina con la Av. Cámelinas la Av. Ramírez Miguel. También me recordó que en Morelia, a diferencia de lo que muchos creen y van creyendo, la verdadera "capital del cine" no era el Cine Morelia, sino que varios establecimientos dedicados a la exhibición existían y que permitían una variedad de opciones y diversidad. Ahí estaban por ejemplo: el Rex, el Eréndira, el Lázaro Cárdenas, el Victoria, el Morelos, el Buñuel (hoy Arcadia) y otros como el del Río o el de la Suterranía, a más de muchos cinitos de barrio; cada uno con su personalidad, programación, prosapia y abolengo.

Otro escándalo de la censura



Periódico La Jornada

Lunes 7 de febrero de 2011, p. 15

MVS noticias informó ayer a su personal de redacción, mediante correos electrónicos enviados a partir de las 18 horas, que la periodista Carmen Aristegui “transgredió el código de ética de la empresa, por lo que se decidió dar por terminada la relación laboral que se tenía con ella”.

En el comunicado interno, MVS no específicó el motivo o la causa, ni dio mayores detalles, ni precisó la fecha de finalización del contrato; sin embargo, a partir de ayer en la noche, en la página web de MVS se eliminó cualquier referencia a Carmen Aristegui.

Anoche ya no figuraba en la programación el noticiero Primera Edición de 6 a 10 de la mañana que ella conducía, sólo se anunciaban la segunda y tercera ediciones. Tampoco se encontraban los banners que anunciaban su espacio.

Mediante Twitter, Kirén Miret, productora del noticiero que conducía Aristegui, confirmó la noticia: “Carmen Aristegui sale del aire en MVS. Supongo que lo explicará cuando lo considere pertinente”.

La salida de Carmen Aristegui de MVS ocurre tres días después de que en el noticiero del viernes hizo referencia a la protesta que diputados del PT realizaron en Sán Lázaro y a la manta que colocaron con la fotografía del presidente Felipe Calderón en la que se leía: “¿Tú dejarías a un borracho conducir tu auto? No, ¿verdad? ¿Y por qué lo dejas conducir al país?”

El viernes 4 de este mes, a la 9:09 de la mañana, Aristigui comentó lo siguiente.

“No es la primera vez que se habla de este tema, de un presunto alcoholismo de Felipe Calderón. Si usted es usuario de las redes sociales –por ejemplo–, pues en ese circuito de comunicación de la sociedad mexicana es frecuente ver expresiones que aluden a esa circunstancia que no podemos corroborar (...)

“Debería realmente la propia Presidencia de la República dar una respuesta clara, nítida, formal al respecto. No hay nada de ofensivo –me parece– cuando alguien, si es que fuera el caso, atravesara por un problema de esta naturaleza (...)

“¿Tiene o no Felipe Calderón problemas de alcoholismo? Esto merece, insisto, una respuesta seria, formal y oficial de la propia Presidencia de la República.”

Carmen Aristegui se incorporó a MVS en enero de 2009, luego de que en W Radio, donde transmitió por seis años, a partir de enero de 2003 “no se me renovó el contrato”.

El retiro de Aristegui del noticiero MVS ocurre cuando a esa empresa no se le han renovado las concesiones de sus estaciones, y “causó sorpresa la noticia”, comentaban empleados de ea empresa, “porque había muchos planes de expansión con Aristegui”.



sábado, 5 de febrero de 2011

Un principio: el agradecimiento a los amigos

En la vida hay pocos amigos, y esos -los amigos-, uno los elige. Comparto las palabras que amablemente el maestro Conrado González Leyva me dedica desde Jiquilpan en su blog http://glccaccini.blogspot.com/

Mi amigo Conrado es un tipazo quien ha batallado batallas increíbles por el teatro, la educación y las artes en aquellas regiones, allá en el extremo poniente del Estado de Michoacán, a donde llega el aire y se regresa. Batallas difíciles de creer pero que sólo la voluntad, el verdadero anhelo y sobretodo la inextinguible vocación pueden promover, sostener, atizar, intentando arrebatarle un poquito a la ignorancia, al descrédito y la cerrazón oficial. Gracias por ti y tu familia, al tiempo que me felicito por tenerte como amigo.


Unas líneas a un amigo teatrero de Morelia. Arnulfo, amigo hermanado en nuestras andanzas teatreras, tu no requieres alabanzas ni palabras halagüeñas, falsas, porque sabes hacer y realizar lo que es nuestra vocación; el TEATRO así, con mayúsculas como decía Seki Sano y porque eres, un auténtico teatrista de los “bueneros” como decía mi entrañable Jorge Hurtado; escenógrafo del antiguo Televicentro de México.

Si hermano, tú eres una gente de TEATRO honesto como lo es nuestro amigo Carlos Arvide que leí en tu blog “Compañía Trashumante el Carro de Heno” A. C. http://elcarrodehenoac.blogspot.com/ que ya le festejaron 60 abriles que carga a cuestas casi en los escenarios desde que nació.

Hermano del teatro Arnulfo Martínez, tu blog lo veo cada semana. Leo todo lo que escribes pues es muy interesante para todos los lectores. Su contenido refleja la enjundia literaria e histórica de lo que ha pasado a través del tiempo, escrita por una persona con conocimiento, enterado, capacitado, y que ahonda en el sentido del subtexto que dice mucho más que el texto en sí.

Solo observo apreciado gordo, una pequeña minucia amigo, ¿por qué permites que gente estúpida expongan comentarios soeces? Tu blog no es una basura es un excelente medio de divulgación cultural, no permitas que tales pelafustanes; gente estúpida, escriba en tu Cbox.

Sigue informándonos con tus escritos y remembranzas con la misma seriedad, que no falto de buen humor como lo haces, para el deleite de morelianos y el mundo entero.

Te envío un fuerte abrazo, el cual te pido lo hagas extensivo con las y los conocidos teatreros y literatos que se reúnen con Juan Carlos en la Casona del Teatro.






Si recuerdas, en la imagen estás con el Maestro Luís de Tavira, el día que presentaste tu libro en La Casona del Teatro.

jueves, 3 de febrero de 2011

Fritz Lang: el imprescindible

El buen amigo Ernesto Hernández Pichardo mandó esta certera colaboración teniendo como motivo al creador Fritz Lang. Me he permitido compartirla y a su vez buscar imágenes de la celebrada cinta Metrópolis; cinta indispensable si uno pretende disfrutar del llamado séptimo arte.



UMSNH-Cineteca de Michoacán.

Friedrich Christian Anton Lang ha paso a la historia de la cinematografía del mundo como Fritz Lang. Nació en Viena el 5 de diciembre de 1890. En 1909 inició sus estudios de arquitectura en la Escuela Técnica de Viena, que abandona para estudiar artes gráficas y más tarde se matricula en la Escuela de Bellas Artes de Munich.

Para el acercamiento a la filmografía de Fritz Lang, se ha optado por clasificarla en dos periodos: el alemán, que incluye Metrópolis, y el estadounidense, en donde hace importantes contribuciones a la conformación del género de cine negro.



Su incursión en el cine nos remite a 1916 cuando comenzó a escribir guiones para la Universum Film AG (conocida también como UFA), y más tarde pudo incursionar como director, siendo su primer film Hallblut, producida en 1919. A ella seguirían Las arañas (Die spinnen, 1919 y 1920), destacando, sobre todo Los nibelungos (1924), Metrópolis (1927) y, ya en la epata sonora M, el vampiro de Dusseldorf (1931).


A mediados de los años 30’s se trasladó a los Estados Unidos y trabajó en Hollywood, siendo uno de los principales creadores del género conocido como cine negro, ya en su etapa alemana había contribuido a delinear el movimiento expresionista, sobre todo con Metrópolis.


Su llegada a Hollywood estuvo marcada por el rechazo de algunos de sus proyectos, por lo que tardó casi dos años en realizar su primer filme que fue Furia, realizada en 1936. Las condiciones de la realización estadounidense estuvo ampliamente condicionada a la adaptación a las condiciones de producción norteamericana, por lo que tuvo que acoplarse a los géneros y tipo de producción que se hacía en esos años. De esta etapa destacan películas como Sólo se vive una vez (1937), La mujer del cuadro (1944), Los sobornados (1953), Deseos humanos (1954), Mientras Nueva York duerme (1956), Más allá de la duda (1956), Los contrabandistas de Moonfleet (1955), o Encubridora (1952).



Fritz Lang murió en Los Angeles, California, el 2 de agosto de 1976.




miércoles, 2 de febrero de 2011

Sin palabras: TONGOLELE



De dónde más que de El Rey del barrio.

Fragmento. Sobre los escenarios de la Independencia: Hidalgo Quixote de nuevo cuño

El doctore

Solo por recordar la delicada línea que une los teatros italiano, alemán, inglés y francés al teatro español; en carriles distintos, en tiempos e intereses relativamente diferentes, pero en cercanías que de manera dialéctica tocan e influyen todas las partes. Quizá la atmósfera social y política de la Edad Media italiana obró vigorosamente contra la creación de un teatro significativo y perdurable. Durante el Renacimiento Italia fue un país de pequeños estados dominados por señores autócratas, invadido permanentemente por España, Francia, el Sacro Imperio Romano o por el Papado.[1] El periodo más cercano a una paz nacional duró menos de cincuenta años. Sin embargo, a pesar de engaños, asesinatos, asonadas, traiciones mercenarias y cortesanas, en aquella convulsión y caos, se produjo uno de los momentos más brillantes de la humanidad: el Renacimiento. Ideal cortesano del príncipe perfecto, personificados en Ercole d´Este, Francesco Sforza y los Medici. Pero esta fue una concepción idealista que solo llegó al pueblo a través de la arquitectura de palacios magníficos, catedrales maravillosas, hermosas pinturas y estatuas que glorificaban a los gobernantes, enmascarando los crímenes de la política cotidiana: cuanto más florecían las artes, yendo de la mano, más crecían la crueldad y la corrupción. Y cuando por fin Italia construyó teatros para el pueblo surgió la ópera:

Alrededor de 1550, otro tipo de teatro comenzaba a encontrar auditorios populares. Era un teatro de tablas y caballetes y su auditorio se reunía en las plazas públicas. Sus actores pasaban el sombrero ante las personas que formaban el auditorio y, después, deleitaban al populacho con una obra improvisada. No contaban con comedias escritas. Pero su cerebro y su cuerpo eran tan ágiles que su arte llegó a ser tan perfecto, que conquistaron París, invadieron España e incluso dieron representaciones en Inglaterra.[2]

Colombina

Ese teatro fue la Comedia dell´arte. Solo se le dio ese nombre cuando estaba a punto de desaparecer en el siglo XVIII. La palabra dell´arte constituyó el espaldarazo de la crítica. Significaba que no había nada de aficionados, ni en los actores ni en la obra que se representaba. Eran compañías profesionales en el sentido literal del término. De la misma manera que hoy en día se aplica el termino oficio, a personas que conocen y practican el arte, dicho en otras palabras, a personas que como dice Allardyce Nicoll: tratan su trabajo con el conocimiento de las técnicas y los recursos teóricos y prácticos necesarios e indispensables para su total desarrollo.[3]

Es importante recalcar que los autores españoles más populares de esta primer época: Torres Naharro, Juan de Encina, Juan de la Cueva y Gil Vicente. Pasaron muchos años de su vida en Italia y escribieron ante todo para la corte, como era usual, y no para el populacho. Pero ya sus comedias contaban con esa fresca vitalidad que permitió que más tarde fueran representadas por compañías profesionales, en los corrales de distintas localidades y recibidas con entusiasmo por las audiencias.

Brighella

El primer dramaturgo que escribió directamente para el escenario popular fue Lope de Rueda (1510-1565). La singular vida de Lope de Rueda es la de la mayoría de los actores empresarios que hicieron el teatro del Siglo de Oro. Abandonó su oficio de orfebre y junto con otros amigos se tiró al camino formando una compañía de actores ambulantes. Igual que sus predecesores, él también se inspiró en la Comedia dell´arte, tal como la vio representada por una compañía trashumante italiana que viajaba por España. Es él quien inventó el paso: cuadro festivo y alegre en prosa utilizado como interludio entre los actos. El valor histórico de Lope de Rueda estriba principalmente en haber creado un teatro profesional que atendía a la expectativa de un público amplio. Las piezas del escritor sevillano, conceden un especial cuidado a la creación de un ambiente; a la presentación de un vivo cuadro de costumbres. Las cualidades propias de Rueda, como actor, ayudaron a este fin pues interpretaba con mucha gracia, lo mismo el papel de una esclava negra, que el de un bobo rústico o el de un vizcaíno con sus dificultades de expresión: según deja registrado emotivamente Miguel de Cervantes.

Arlequino

No se tiene memoria precisa del momento en el cual las ubicuas compañías de la Comedia dell´arte llegaron por primera vez a España. Sin embargo, ya en 1538, una compañía italiana contaba con suficiente popularidad como para ser invitada a ofrecer una representación de Corpus Christi en Sevilla, la tierra natal de Lope de Rueda. Entre 1538 y 1574, el segundo de los registros fiables de esta compañía italiana, señala que ya habían conseguido tal renombre que fueron llamados a representar ante la Corte. Alberto Ganassa, quien es quien se supone creó al personaje conocido como Arlequino, representó ante el rey Felipe II. Unas semanas después, Ganassa y su compañía, dieron funciones en uno de los teatros públicos abiertos siete u ocho años atrás.[4] La misma compañía realizó múltiples presentaciones en distintas ciudades españolas, presentado como repertorio tanto sus propias comedias, como las de los interludios de los autos sacramentales. Hablaban solo en italiano pero exageraban la pantomima, y tanto ellos como quienes les siguieron, se hicieron tan populares que en 1581 un fraile censor lanzó una invectiva en contra de estos extranjeros que sacan de España muchos miles de ducados cada año.[5]


[1] Nicolás Maquiavelo. El Príncipe. Centro Editorial de América Latina. Buenos Aires. 1980. Téngase muy en cuenta que ha los hombres se les debe ganar, o anular, porque de las pequeñas ofensas se vengan, pero de las grandes no pueden; por ello el agravio que se les haga debe ser de los que no permitan tener respuesta.

[2] André Moreau. Entre Bastidores, Manual del actor. Editorial Trillas. México. 1974.

[3] Marcel Bataillon. Varia Lección de Clásicos Españoles. Editorial Gredos. Madrid. 1964. La premisa fundamental es que el autor dramático solo puede vivir en un teatro público donde una obra es un producto de la cooperación entre el autor, los actores y el vital aliento del auditorio. Y los autores empresarios de la comedia barroca así lo demostraron ampliamente.

[4] Teatro y Prácticas Escénicas II. cit. pág. 112.

[5] Op. cit. pág. 123.

martes, 1 de febrero de 2011

Jamás un mal viaje



El sueño más guajiro de McGiver (serie norteamericana que iluminó las pantallas caseras, enloqueció a las señoras y a las tías de Bart) seguro hubiera sido lograr abrir cualquier ostión con estos instrumentos. No conozco alguien que se precie de machín que no desee fervientemente, o en la intima convicción de sus anhelos jamás contados en público, una navaja suiza.


El cine y mis nostalgias

Como si me costara mucho echarme un clavado a la alberca de la nostalgia, tengo recuerdos inevitables de mis años de escuincle en la secundaria a donde llegué sin demasiada convicción, sin muchas ganas, nomás por obediente. He dicho en otros momentos que fui Niño Cantor de Morelia e hice la primaria en la Mariano Elízaga por lo tanto, me enviaron al Instituto Antonio de Mendoza; aclaro que no era para nada el destino que yo quería, mi deseo era hacer los tres años de secundaria en la Escuela Secundaria Federal Núm. 1. ¡Yo quería ser chocho!

Pero tal y como reza el dicho: Uno propone y Dios dispone. Entré al Saleciano y poco a poco encontré gusto y disfrute en ello. Una de las muchas cosas que descubrí ahí fue el teatro. Después de varios castigos el azar me llevó al Oratorio a las clases de pinta de telones, vestuario y maquillajes de algodón pegado a la cara con engrudo y coloreado con polvos de gís; a los ensayos sabatinos e hice muchas obritas con el grupo que dirigía y coordinaba el profesor “Chiribín”. Zagas como la del “Detective Mantecón”, “Pablo Anchoa”, “La cueva del conde de Montecristo” con música y coreografías que nos ponían los abuelitos de Nacho Tena. Y tantas obritas que montamos con ese batallón de despreocupados pubertos viajeros del carro de Tespis. Fueron tres años que se me fueron como agua entre los dedos. Ni siquiera los rigores disciplinarios del padre Figueroa, ni las friegas sapientes y absurdas del maestro Cepeda “profesor de Física y Química”, ni las locuacerías estridentes del presuntuoso Gordo Urueta, Ni eso ni nada pueden opacar el placer de esos años maravillosos.

El profe Chiribín también organizaba un cinito en el Oratorio que disfrutaban los vecinos y toda la broza de la Obrera y colonias circunvecinas. No era más que un proyector y películas que no sé como conseguía. Recuerdo que ahí presencié un buen de cintas de vaqueros, aunque debo aclarar que ya tenía gusto por el celuloide dado que mis tías desde muy chico me llevaban de pacherón los jueves al cine Rex, en la tanda de cine de señoritas, a ver normalmente películas de rebecos que sin causa alguna cantaban a la menor provocación y bailaban desaforados. Cesár Costa, Los rebeldes del Rock, Enrique Guzmán, Manolo Muñoz, Lorena Velázquez, Teen Tops, Alberto Vázquez, Los locos del ritmo, Julissa, Fanny Cano, Maricruz Olivier, Los Yaqui, Angélica María, Hilda Aguirre, Fernando Luján.., y cuanto rebeco saliera en estas cintas de humor rosa y extra moralina.

En la Suterranía, jardín de abolengo que queda de pasada a la casa de mis abuelos paternos, a la casa de Manuel Muñiz donde yo nací. Quintana Roo con Guerrero también había un cinito que no sé quienes eran los dueños pero donde los sábados y domingos por unos cuantos centavos nos chutaban un hilarante filme de cine mudo que muchas veces nos narraban antes de comenzar. El proyector, un tocadiscos y un destartalado cuarto muchas veces mal oscurecido. Ahí disfrute películas delirantes interpretadas por personajes como: Chaplín, Búster Keaton, el Gordo y el Flaco y, por supuesto, Harold Lloyd (1893-1971) superestrella cinematográfica de la década de los años veinte. No sé si recuerdes lector hipotético, a ese norteamericano promedio, de aspecto hasta delicado, de sombrero de paja, traje normalmente cerrado, aspecto juvenil y gafas de carey; personaje fundamentalmente urbano cuya característica esencial era su sencillez que le permitía superar cualquier obstáculo por complejo que pareciera. Un acróbata magnífico capaz de encarar con soltura cualquier dilema y salir airoso.