miércoles, 20 de marzo de 2013

ESTUVE DE VISITA



Estuve en Morelia este fin de semana. Se celebraba la expropiación petrolera y siendo de por aquél terruño quien eso realizó, pues debíamos festejar y convivir además de que es el fin de semana largo antes de la Semana Mayor.

Todo transitó en los términos deseados: visitas y jolgorios con parientes, amigos, conocidos, hermanos, amores… Dormir en la tranquila afabilidad familiar. Me sacrifiqué –atascadamente- en los sabores de los guisos de tías, primas y por supuesto, la sazón de mi ama –al leer esta ultima línea alguien podrá suponer: “sí… tengo el gen del síndrome de Pedro Infante.. ¿y qué?”-. Así como todo mexicano carga a cuestas al “Jamaicón” Villegas, yo cargo a cuestas, a Pedrito Infante…

Como ya he dicho “todo transitó dentro de los términos deseados”, sin embargo en conversaciones diversas de sobremesa me cuentan cosas perturbadoras por la naturaleza misma de los hechos de los cuales, poco o nada, dan noticia diarios y noticieros locales haciendo complicidad al cerco informativo creado a partir de la irrupción –nuevamente- del priísmo fascista que gobierna la casi totalidad del país. El caso es que en Morelia -específicamente-, los robos a casa habitación se han incrementado a exorbitantes cifras sin que exista acción o acto de la autoridad –que se supone mantenemos para que cuide y prevenga- poniendo coto a ese latrocinio. Y desafortunadamente, no hablo de oídas, hay varios casos dentro de mi familia.

A las modalidades conocidas se le une ahora otra de cuño nuevo: llegan a la casa –normalmente habitadas por personas solas, de la tercera edad o solas en ese momento- dos jovencitas dicharacheras, agradables, simpáticas promotoras de los programas de ayuda a la población, identificadas con credencial, uniforme y cuanta papelería es necesaria. Se identifican y le hablan a la persona por su nombre, ofreciendo datos personales muchas veces sabidos por su propietario únicamente, y teniendo el pretexto de integrar el expediente y observar la vivienda penetran –con permiso de la persona- al interior. Ahí, después de una observación bajo pretexto de ver goteras, humedades y grietas una de las jóvenes que toma video o fotos lleva a la victima a un lugar aparte mientras la otra delincuente, esculca y vacía de dineros, alhajas y cuanto bien puedan atracar. En algunos casos, si la pareja es de hombre o mujer, o compuesta de dos hombres, encierran a la victima en alguna habitación mientras ellos vacían –literalmente- la casa, y hay casos en los cuales las victimas son golpeados también.

Como se observa, detrás de este tipo de atraco novedoso, debe existir una organización que analiza horarios, informes personales de la futura víctima y posee algún tipo de respaldo que permite maniobrar libremente a los perpetradores. No se entiende sin ello que los atracos sucedan a cualquier hora y lugar de la ciudad. Las victimas están indefensas: primero, por la edad e ignorancia con respecto a las supuestas acciones de beneficio que los programas sociales en cuestión y que se ofrecen a la población en general; segundo, ellas mismas permiten el paso a los victimarios; en la mayoría de los casos no existe la violencia evidente, aunque ya de suyo el atraco, el robo, sea una forma de violencia específica.

Desde el gobierno de Cárdenas Batel, después seguido por Godoy Rangel y ahora por “el ardiente “ Fausto, el incremento de todo tipo de robos, atracos, secuestros ha ido en crecendo sin que exista un asomo de la autoridad para proteger a la ciudadanía: fuera de los discursos, los buenos propósitos y las bendiciones de los curas...

Desde mi punto de vista la solución preventiva, como sucedió durante el gobierno del sexenio anterior, no es la nota roja a toro pasado que sólo origina temor, si no que valiéndose de la penetración de los medios masivos y periodísticos locales, deberían de existir estrategias de información veraces a la población, a más de una eficiente y pronta respuesta de la autoridad: una llamada a la policía significa espera de cuarenta o cincuenta minutos en el mejor de los casos. La aparición de grupos de autodefensa vecinal o comunal –como el costo de vidas que eso ha implicado-, el enrejado de cuadras y manzanas enteras en ciudades y poblados, es la respuesta de una sociedad menospreciada, cansada, vapuleada por la criminalidad y harta de un Estado incapaz de cumplir con el principio básico de su existencia: proteger y cuidar a la población que paga con sus impuestos su trabajo, sus vidas regaladas, su francachelas y todo aquello que implica los goces del nimio poder.


ROGELIO LUEVANO


REALMENTE POCOS MAESTROS TAN COMPETENTES COMO EL MASTER LUEVANO. AHORA CUMPLE CINCO AÑOS DE ADELANTARSE EN EL CAMINO. UN PROFESOR ATENTO, PREOCUPADO POR EL SABER, CONOCIMIENTO Y DESARROLLO DE TODAS AQUELLAS PERSONAS QUE TOCABA CON SU INMENSA PERSONALIDAD Y SABIDURÍA.




jueves, 7 de marzo de 2013

Confesión de un rotito



Nunca como ahora he estado más convencido que mi determinación de finales de los años ochenta fue la correcta. Nunca como ahora que ya he sobrepasado los cincuenta años de mi edad, que he alcanzado mi primer atado, sé que tomé la decisión correcta. Y probablemente, hipotético lector, se pregunte: ¿de qué habla este Emilio? ¿Quién es ese hipotético lector? ¿Por qué tanta alharaca? ¿A dónde pretende ir con tanto barullo?

En la década de los años ochenta tomé la determinación de negarme a hablar y pensar en otro idioma que no fuera el castellano. No fue una decisión tomada sin pensar. Durante un buen de tiempo el pensamiento fue armándose y tomando forma. La gota que derramó el vaso fue el escándalo Irán Contras: no sé si se recuerda a Ronald Reagan –un actor mediano- Presidente de EUA que financió con dineros norteamericanos y truculentas maniobras corruptas la contra versus la revolución nicaragüense. El costo a la población y al pueblo centroamericano en sangre, sudor y lagrimas después de los Somoza, fue terrible. Y la Contra fue algo patéticamente más horroroso, retardante y mísero para esa nación.

El Imperialismo y su hambre insaciable son objeto de críticas y observaciones continuadas, nadie puede entender el pensamiento reinante de que el armamentismo es el camino idóneo para la paz, la depredación inmisericorde de recursos naturales es justificable, el enriquecimiento monopólico de bienes es natural, la injusticia fomentada en gobiernitos a modo, la corrupción como herramienta, el empobrecimiento como táctica y el fomento a la procreación de costumbres destructivas justificadas en la libre autodeterminación de salvaguardarse como quien tiene un patio trasero donde tiliches, árboles, aves, perros y gatos perviven con ratas y alimañas toleradas sólo como elementos del “bien común” y la “orgullosa nación del norte”. En este cuadro, todo lo otro del lado sur del río Bravo, somos traspatio.

La decisión tantas veces rumiada se convirtió en imperativo. Troné para siempre y nunca más el 100% de ingles perfeccionado a lo largo de esa década con innumerables cursos y viajes a la gringa nación, el alemán que siendo el idioma que realmente me gusta tuve que sacrificar en aras de una determinación no negociable y el poco francés que ya había empezado a estudiar tirando mensualidades ya invertidas. Por tanto, puesto en marcha mi objetivo irrevocable, desentendí todo aquello que no fuera el castellano y me preocupé verdaderamente por valorar, entender, usar y saborear con más placer mi lengua materna en sus distintas gamas. No creo que sea una persona digna de un homenaje o cosa que se le parezca, soy sí, alguien que ha tomado la decisión de asumirse como propietario de una voluntad, un tipo a contracorriente, un ejercicio que enfrenta irreductible y con firmeza la esclavitud que muchas veces tiene como origen y principio buscar con tesón la impostura de parecerse “a alguien que jamás serás” vendiendo a cómo de lugar la misma simiente desconociéndola.

Por que ahora me atrevo a escribir este pasaje personalísimo: bueno he leído con placer que después del mandarín que le sigue al inglés por poco, nuestro castellano, es el idioma más empleado por personas en el Internet y los hispano hablantes crecen y se difunden por el orbe. Mezcla de lenguas grecolatinas, árabe, ibéricas y enormes aportaciones autóctonas indígenas continentales de América, nuestro castellano del Siglo XXI es un poderoso, potente y exuberante gama viva y maravillosa que exige inmersiones profundas a su ortografía, gramática, vocabulario, sintaxis…

Hoy, la decisión personalísima, tomada a más de veinte años me tiene satisfecho. En el 96 tomé la determinación de gastar mis dólares -siendo la única lengua que la gringa gente comprende- en otro sitio que no fuera allende sus fronteras, por tanto, desde entonces no he regresado a esas latitudes ni regresaré. Aún Hawai –que tanto me ilusiona- siendo una estrella de esa bandera habrá de esperar…


PASABA POR AQUI

http://youtu.be/O0HCgYAZajw