sábado, 19 de abril de 2008

XXV Muestra Estatal de Teatro


La Dama boba, basada en un texto homónimo de Calderón de la Barca y bajo la dirección del Mtro. Luis de Tavira, el CEDRAM abrió la Muestra Estatal de Teatro.
Esta Muestra Estatal (2006) tuvo la particularidad de ser la primera, y hasta hoy la única en 26 emisiones, en realizarse fuera de la ciudad de Morelia. Entre el 26 de junio y 2 julio se verificó en las ciudades de Uruapan y Morelia.
En la ceremonia que antecedió a la presentación de la obra teatral dentro del Teatro Rocinante montado para el caso en el patio de un garage, participaron el señor Presidente Municipal y el Director de Promoción y Fomento de la Secretaría de Cultura de Michoacán. Asimismo, el Mtro. Carlos Mora, decano del gremio teatral uruapense, dio la bienvenida a nombre de los teatristas de Uruapan. Otro ingrediente de esta singularidad, fue el hecho de que por unanimidad de los participantes, se dedicó integro dicha Muestra al Mtro. Francisco Bautista Mercado.

martes, 15 de abril de 2008

A dos años del 30 de abril




Tal como si fuera el sueño de todo actor, el 30 de abril de 2006 -día del niño-, después de dar función, Pancho Bautista se retiró del Teatro Ocampo. De ese teatro fue administrador también. La noticia de su fallecimiento se extendió como reguero de pólvora. Lo despedimos con un gran homenaje en ese mismo escenario al día siguiente.

Ah, la nostalgia...!

En esta fotografía vemos a Rebeca del Mar junto a Ana Luisa Pelufo. Esta imagen no tendría mayor relevancia si doña Rebeca no fuera la mamá de Juan Carlos Arvide.

Ah, la nostalgia...!

En aquellos venturosos años cuarenta, cincuenta, sesenta y setenta del siglo pasado, las caravanas de artistas venían de la ciudad de México y tenían por paradero a Morelia. La Plaza de Toros y el Teatro Ocampo daban cabida, como ha sido tradición, a esos espectáculos traídos por el empresario Sr. Vallejo.
En las hemerotecas de La Voz de Michoacán y el Elite existen sabrosas crónicas firmadas por: Estrella, Lamberto Medrano o Toca Mal en su columna Chinanpinas.
Hablan de personajes tan disímbolos tales como: los Xochimilcas -aquí en la imagen-, Palillo, Panzón Panseco, Mantequilla, Amalia Méndoza, Los Polivoces, Pedro Infante o Javier Solís.

martes, 1 de abril de 2008

murmullos

Murmullos

Personajes:

K.

Z.

Y.

ACTO UNICO.

CUALQUIER EPOCA.

UN AREA DE LUZ MORTECINA.

K.- ¡Pronto!

Z.- ¡Por acá!

K.- ¡Que nos alcanza!

Z.- ¡Si, viene cerca…!

K.- ¡Aquí! ¡Aquí!

Z.- ¡Donde sea…!

K.- ¡A prisa!

Z.- ¡Dónde no me den por muerto…!

ENTRAN AMBOS PERSONAJES ARRASTRANDOSE.

SE ESCUCHA FUERA DEL AREA DE LUZ GRITOS, HIERROS CHOCANDO, LAMENTOS, FRAGOR DE UNA VIOLENTA Y DESCOMUNAL BATALLA; RELINCHAR DE CABALLOS.

Z.- ¡Que termine! ¡Que se acabe de una vez…!

K.- ¡Estamos salvados…! ¡Por el momento cuando menos!

DE SUBITO SE HACE UN SILENCIO PROFUNDO. CASI ETERNO…

K.- ¡¿Que pasa?!

Z.- ¡No sé…!

K.- No oigo nada… ¡Que silencio tan pinche!

Z.- Es cierto: De pronto todo se quedo callado.

K.- ¡Escucha…!

Z.- ¿Dónde estarán los otros? ¿Qué pasó con la batalla?

K.- ¡Cállate…! No se escucha ni madres…

Z.- De repente nos quedamos en medio de la nada… Todo es silencio… Ni un ruido. Ni un miserable movimiento de algo que nos indique que allá existe la vida…

K.- ¡Silencio…!

Z.- ¡Me quiero largar!

K.- ¡Pssssh…! ¡Quieto!

A LA DISTANCIA, EN LA EXTRAESCENA, SE ESCUCHAN CORTOS SILBIDOS, SEGUIDOS DE SILENCIOS PROLONGADOS… IMPERCEPTIBLES MOVIMIENTOS APENAS AUDIBLES.

K.- ¿Y ora…?

Z.- ¡No hagas ruido, cabrón!

K.- ¡¿Cómo quieres que me quede quieto si me estoy meando de miedo?! ¿Acaso no ves…?

Z.- ¡Desde aquí no veo ni madres…!

K.- No me puedo mover de aquí… ¡Estoy sentado con la pinche pata rota!

Z.- ¡Cállate te digo! ¡Silencio…!

K.- ¡Puta madre que desesperación!

Z.- Quien sabe porque se acabó este desmadre: ¡Yo no me quiero morir aquí! ¡Cálmala! ¡No te muevas! ¡No seas cabrón…!

K.- ¡Más cabrón, ojete y puto lo serás tú que puedes echarte a correr y no lo haces…!

Z.- ¡Con una tiznada!: ¡Te callas o te parto la madre…! Si cuando menos tuviéramos con qué defendernos…

K.- ¡Muy sabroso! ¡Muy cabroncito…!

Z.- ¡Aunque sea con una pinche piedra de éstas te parto la madre…! A ver putito: Yo no quería venir a la guerra… ¡No era mi asunto! Siempre me gusto más la vida de sastre remendón que llevaba en la aldea… ¡¿Qué tenía que andar haciendo aquí?!

K.- ¡Pusilánime! ¡Cabrón y cobarde…! ¡Sepulcro blanqueado!

Z.- ¡La más vieja de tu casa qué…!

K.- ¡Mierda!

Z.- Cabrón: ¿Por qué? Porque nunca he sido como tú: ¿Putañero? ¿Bueno para los chingadazos? ¿Bien bronco y metiche en pleitos que nomás son de otros? ¿O qué…?

K.- ¡Deja de chillar como marrano…! ¡Plañidera!

Z.- Y tú: ¡Deja de alardear…!

K.- ¡Si pudiera ponerme en pie me cae que…!

Z.- ¡Psssh…! ¡Silencio! ¡¿No escuchas…?!

HACEN SILENCIO. LUEGO DE UNA PAUSA LARGA SE VUELVEN A ESCUCHAR LOS SILBIDOS Y SONIDOS LEJANOS. FURTIVOS, IMPERCEPTIBLES, COMO ACERCANDOSE…

K.- ¡¿Qué será?!

Z.- ¡Sepa, cabrón! Pero no estaré para averiguarlo… ¡Yo me voy!

K.- ¡Estate quieto! ¡Puede ser una trampa! ¿No entiendes…? Puede ser un grupo de reconocimiento…

Z.- ¡Unos cabrones que estén chingado a los muertos!

K.- ¡¿A dónde se fueron todos?!

Z.- No mames: ¡Me estoy meando!

K.- ¡¿Qué será?!

OTRAS VEZ LOS SONIDOS CASI IMPERCEPTIBLES, UNOS SILBIDOS APENAS AUDIBLES: Y ALGO QUE SE ACERCA, ARRASTRANDOSE….

Z.- ¡Me largo!

K.- ¡Espera, te digo!

Z.- ¿Para qué? ¿Para que me maten?: ¡No mames, cabrón!

K.- ¡Cálmala…!

Z.- Si cuando menos hubiéramos traído un arma… Para defendernos… ¡Para defenderme! Pero no: Echaste a correr como una liebre…

K.- Y tú: Detrás de mi, ¿no? ¡Muriéndote de miedo, cobarde!

Z.- ¡¿Y que esperabas?! ¡Si tú eres el chido! ¡El chingón de la historia…!

K.- ¡Tú pinche hermana en tenis! ¡Valiente chingón me toca representar, aquí tirado, con las patas rotas!

Z.- Pues sí: Tenía que correr detrás de ti… Tú siempre haz sabido encontrar la salida. ¿A poco me iba a quedar ahí? Esperando que me rompieran las entrañas y la cabeza con un mazo… ¡Ya me viera yo destripado! ¡Descuajaringado! ¡Tal que fuera un muñeco sin voluntad! ¡Ya me viera yo tragando puños de tierra negra!

K.- ¿Y qué chingaos?: Ibas a dejar de sufrir…

Z.- ¡Tenga qué…! Aspiro a realizar todavía un madral de trajes, de cosas, de sueños… ¡Me quiero casar, cabrón! ¡Quiero tener dónde descasar las vigilias y los días de fiestas! ¡Quiero hallarme planchando un casimir! ¡Oler otra vez a lo que huele el almidón en los cuellos de las camisas! ¡Quiero ver a mis chamaquitos jugando sin bajarse de la banqueta…!

K.- ¡El que no se baja de la banqueta eres tú, pendejo! ¡Pinche mierda!

Z.- Me importa poco lo que pienses y digas…

K.- ¡Cállate!

Z.- ¡Ora…! ¡Algo se movió!

K.- ¡Bien que lo sé…! Pero no te cubras conmigo… ¡No seas culero!

Z.- ¡Pssssh…! ¡Si alguien han de matar mañana, que te maten de una vez!

K.- ¡A callar, putito! ¡Alerta…!

ARRASTRANDOSE, ENSANGRENTADO DE PIES A CABEZA, ENTRA AL AREA DE LUZ OTRO HOMBRE…

Z.- ¿Por qué tanto silencio? ¡Ya no siento el cuerpo de tanto miedo! ¡¿Qué pasa…?!

K.- ¡Eres un cobarde, cabrón! ¡Ni la cabeza asomas! ¡Quítate!: Me estas magullando con tus manos sucias…

Z.- ¡Antes di que no te meo…! ¡¿Qué está pasando?!

K.- ¿Qué quieres que pase?: ¡Cobarde, agachón!

Z.- ¡Me vale lo que digas! ¡Jode a la más vieja de tu casa…! ¡¿Pero qué pasa, chingaos?!

K.- ¡Míralo…! ¡Saca la cabeza puto de mierda!

Z.- ¡No jodas! ¡Hasta acá empieza a llegar el hedor!

K.- ¿No te intriga lo que nos amenaza?

Z.- ¡Ni maiz…! Hasta que me digas qué está pasando…

K.- Pasa que nunca vas a tener hijos… ¡Que aquí quedaste! ¡Que este es el día de tus días! ¡Que esta noche es la noche de las noches…! ¡Que de esta no saldrás más nunca!

Z.- ¡Un arma! ¡Un maxtla haría la diferencia!

K.- ¡No me importa!

Z.- ¿Te vale madres?

K.- ¿Tú que crees…?

Z.- ¡¿Te vale madres?!

K.- ¡No me patalees! ¡Deja de patear, cabrón!

EL HOMBRE QUE SE ARRASTRA, SE DETIENE, EXHALA UN SUSPIRO HONDO, QUEJUMBROSO Y DICE ALGO CASI INAUDIBLE…

Z.- ¡¿Qué hay?! ¡Ten compasión…! Me muero de nervios…

K.- ¡Te estas haciendo para arriba, puto! ¡No tienes idea el gusto que me da! ¡Ni idea tienes porque eres un cobarde…!

Z.- No estés hablando de eso. No lo menciones: ¡¿Ya te dije que chingues a la más vieja de tu casa?!

K.- ¡Miedoso! Asómate y mírale el rostro a ese fulano.Seguro y él se escapó de la mortandad como nosotros…

Z.- ¡Ah, Dio! ¿A poco es otro de nosotros?

K.- ¡Saca la cabeza, avestruz!

Z.- ¡Me estas cuentiando, güey!

K.- ¡Rejijo de tu bomba…! ¡Ni porque me tienes de parapeto se te quita lo marica! ¡Anda, cabrón! Tú que puedes: ¡Acércate! Mira si ayudas al pobre fulano. El pendejo se ve más madriado que yo… ¡Y eso es ya un decir!

Z.- ¡Nada! ¡Puede ser una trampa…!

K.- Quien quite y hasta traiga un salvoconducto…

Z.- ¿Salvoconducto…? ¡Ni güas, qué! ¡Necesito un arma! A mí para qué me sirve un pinche papel si están matando de todos allá, afuera…

K.- ¡A lo mejor para que te limpies lo zurrado! ¡Marica de mierda! ¡Anda, ve!

Z.- ¡Nones! ¡Ni madres, qué! Mira… Se movió ese güey. ¡No está muerto!

K.- Pendejo: ¿Y quién dijo que lo estaba?

Z.- A mí me parecía un difunto…

K.- Tú que puedes, anímate… En todo caso tienes las piernas buenas y a la menor provocación, echas a correr… ¡No seas más cobarde, Lencho!

Z.- ¡Ujo, güey! ¡Hacia un madral que no decías mi nombre…!

K.- Ora marica: ¡Lánzate!

Z.- ¡Hijos de su pinche madre: ¿Y ahora qué?! Por un lado me animo: ¿Y si el ladino nomás se está haciendo? Y si no lo hago: ¿Y la bola nos alcanza? Qué hago virgencita de los Urdiales: ¡Ilumíname!

K.- ¡No le saques, cabrón!

Z.- Lo pensé: ¡Y está bueno!

K.- ¡Así se habla! ¡Como hombre, cabrón!

Z.- Pero si me madrean promete que le dirás a mi madrecita santa… ¡Promételo! ¡Dile que morí como un héroe! No seas cabrón: ¡Hazme ese paro cuando menos!

K.- Lo juro: ¡Por ésta, me cae que sí!

Z.- ¡Hijo de su pinche madre…! ¡Que miedo tengo! ¡Estoy mareado…! SE ARRASTRA DESLIZANDOSE A INTERVALOS. Ahí está ese fulano en medio de las tinieblas. Los ojos saltones. Bañado en sudor frío como yo... Me vio: ¡Ya no hay vuelta atrás! Sus miradas penetras la oscuridad. Tiene la cara pálida y mira para este lado. Esta sonriendo de susto o porque me ve como me arrimo y la muerte lo está calando de veras… Me parece que veo sus rasgos bien cerca y me llega su olor fétido… ¡Madrecita del cielo ten compasión!

Y.- ¡Aaaah…!

TITUBEA. INTENTA RETROCEDER.

K.- QUEDO. ¡Saca fuerzas de algún lado! ¡No es la hora de echarse para atrás! Si nomás tiene un brazo bueno y está llorando…

Z.- ¡¿Qué onda?! ¡¿Qué está mostrando ese güey?!

K.- ¡No es hora de amedrentarse!

Z.- ¡¿Qué sacó y me amenaza?!

K.- ¡Míralo! ¡No temas! ¡Penetra las tinieblas con tus miradas…!

Z.- ¡¡Necesito un arma!! ¡Si cuando menos en este pinche llano hubiera una piedra!

Y.- ¡Ayuda! ¡Alguien que me ayude…!

Z.- ¡Una puta rama seca! ¿Qué…? ¡¿Qué dijo, el puto?!

K.- ¡Pssssh…! ¡¿Qué no lo oyes?!

Z.- Tengo el entendimiento nublado. No sé… ¡No entiendo!

Y.- ¡Auxilio! “Padre nuestro que estas en los cielos….”

K.- Dice: ¡Estoy más jodido que ellos…!

Z.- ¿Eso dice…?

K.- ¡Sí! ¡Ve adelante…!

Z.- Es una trampa…

K.- ¡No es hora de niñerías…! Recuerda los trapos sobre el burro de planchar. Las ganas que vas a desquitar en tu mujer todas las noches. Ve a los chiquillos correteando cerca de la maquina de coser…

Z.- ¡No me digas esas cosas!

K.- ¡No te acobardes, hijo de la chingada!

Z.- ¿Y qué tiene en la mano?

K.- ¿Cuál mano?

Z.- En la mano: ¡¿Qué tiene?! ¿Con qué nos amenaza?

K.- No sé… En esta oscuridad parecen las cachas de un puñal…

Z.- ¿Puñal?

K.- ¡Apresúrate! ¡No veo!

Z.- ¿Cuchillo?

K.- ¡Puede ser cualquier cosa…!

Z.- ¿Daga?

Y.- ¡Me muero…!

Z.- Ese güey trae un puñal… ¡Lo necesito! Digo, me cae, en buena onda… Lo necesitamos…

K.- ¡Para! Primero ayuda a ese fulano que está peor que nosotros…

Z.- ¡Ah, chinga chinga! Lo que buscas es tener el puñal primero…

K.- ¿A mí para qué me sirve, pendejo? Veme aquí con las patas rotas…

Z.- Si no fueras tan abusón: ¡Te quieres proteger!

K.- Yo quiero salir con vida. ¡Dejar de sufrir!

Y.- ¡Ayuda…!

K.- SE DESLIZA HACIENDO UN ESFUERZO MAYUSCULO. ¡Guárdalo! ¡No lo muestres…! Si ese cabrón de Lencho lo tiene, se va a largar y nos deja aquí, abandonados. ¡Agarra la onda, no seas pendejo! ¡Es por tu bien y el mío! ¡Escúchame, cabrón! Tienes tiempo: ¡Ese cobarde no se decide! ¡Esconde eso…! ¡Quítalo de la vista!

TOMA LA DECISION Z. AVANZA. K. LO AGARRA DE UN PIE ESTIRANDOSE Y JALANDO. FORCEJEAN.

K.- Te digo: ¡Esconde eso! ¡Arrástrate a otro sitio! ¡Piérdete en la negrura! Es cosa de tiempo: ¡Este cabrón nos va a dejar aquí, náufragos…!

Y.- “Yo pecador me confieso ante Dios Padre todopoderoso…”

Z.- Por mi madre: ¡Déjame ir!

K.- ¡Por la salvación de su alma no te dejo ir así!

Y.- “Hágase tu voluntad aquí en la tierra como en el cielo…”

K.- Esconde eso: ¡Es cosa de su vida y nuestra muerte…!

Z. DOMINA FINALMENTE A K.

TITUBEANTE. SOBREPONIENDOSE A SU MIEDO AVANZA Y LE ARREBATA EL ARMA A Y.

SE CERCIORA QUE SE TRATA DE UNA PISTOLA. RIE SEGURO.

EN ESE MOMENTO, DE GOLPE, EL ESTRUENDO DE LA BATALLA REAPARECE. Z. TRATA DE DEFENDERSE DISPARANDO PERO LA PISTOLA NO TIENE TIROS. GRAN MUECA DE TERROR. LA ATMOSFERA MORTECINA VA DESAPARECIENDO LENTAMENTE. SOBRE UNA PANTALLA SE MUESTRAN IMÁGENES DE LAS GUERRAS DE HOY Y SIEMPRE...

OSCURO FINAL.

EL COLOSAL CAOS CRECE AVASALLADOR….

DE GOLPE SILENCIO TOTAL.

El texto siguiente es indispensable para el programa de mano:

“Si acaso las palabras aquí empleadas han lastimado vuestros castos y sensibles oídos, es debido a la mala traducción, del gálico antiguo a la hiperlocuaz dimensión del mundo contemporáneo y moderno. Culpa no es de los actores ni de la febril pluma juguetona que sus signos ha formulado. Ni de las musas: Polymjya, Tahalya, Melpómene, Euterpe y Erato; siempre lujuriosas, listas, para cuchichear fantasías al oído del tlacuilo…

El fragor de la batalla, allá afuera, a la distancia sigue mentado madres. Rasgando el silencio. Diciendo cosas del desamparo… Haciendo trizas los vocablos… Las lamentaciones… Las palabras mal paridas…. Contrahechas orfandades… De todos los días.

Fin del fin.

Sobre aquellos niños cantores

Un 19 de noviembre de 1949, en la Catedral de la ciudad Morelia, se presentó el primer coro de niños cantores interpretando el Requiém de Mozart. Lo que le siguió fue una historia que enorgulleció no sólo a Michoacán sino también al país entero. Pronto el reconocimiento y la fama fueron una suerte de sinónimo de la muchachada moreliana.
Aquí en estas imagenes se muestra un magno concierto en el Palacio de las Bellas Artes, en la ciudad de México, orquesta y los coros de adultos son de la Escuela Superior de Música Sacra de Morelia.
Rodeado de escuincles en dos imagenes a Romano Picutti, primer director del grupo coral.
En otra esta a José Zavala quien fuera el director más duradero del grupo, poco más de 20 años al frente del mismo.