lunes, 9 de septiembre de 2013

Intouchables


En días pasados, por razones de trabajo, viajaba en un cómodo autobús con la pesadez “normalita” de un trayecto largo que a toda fuerza es molesto e incómodo por muy amigable que trate de ser el ambiente y uno se abandone al sueño.


Si se recuerda, en contraste con los viejos -no muy lejanos- vehículos de pasaje terrestre, los modernos transportes han implementado una serie de comodidades que buscan hacer del trayecto algo menos latoso, menos molesto… Entre los cambios más visibles hay un mayor espacio para piernas y rodillas, asientos menos angostos, baños, lonches y refrescos, películas y la posibilidad de sintonizar música de manera independiente. Pero la materia de éste texto no son los cambios en los automotores. Sólo agregare que en los diversos trayectos similares a esté, en otros momentos, he tenido oportunidad -como cualquier cristiano que se precie-, de ver innumerables refritos cinematográficos, en algunas ocasiones en recorridos distintos, hasta dos o tres veces la misma cinta al hastío; normalmente, de acción, de cine norteamericano, cosa que me da muchísima flojera con los stalone o los willis en seguidilla constante…Los audífonos y mirar para afuera da la oportunidad de olvidar la película en la pantalla.

Sin embargo, esta vez la cosa fue diferente y he aquí la razón de escribir estas líneas. En la pantalla inicia una escena nocturna veloz: un auto volando propiamente sobre el asfalto de una vía rápida que lentamente nos vamos enterando se ubica en la ciudad francesa de Paris. Dos personajes, al volante un morenazo y un blanco como pasajero, irrumpen desaforados en los carriles de esa vía rápida, es más, van divertidos escuchando música a fuerte volumen; después de una larga escena de alocada carrera y rebases múltiples, la policía los acorrala y bajan del auto al morenazo quien se resiste, pues es el chofer de “un enfermo tetrapléjico en crisis” y argumenta que se dirigen al hospital; al revisar al copiloto, efectivamente se ve como la crisis inicia y avanza haciendo escupir saliva y ponerse lívido al enfermo; los policías se espantan, se perturban, no saben que decidir ante el cuadro sorpresivo y los gritos desaforrados del chofer quien les intimida al punto de que se ofrecen a abrir paso al auto rumbo a su destino; al abordar y reiniciar la marcha del bello Renault –como conclusión de la escena-, vemos como estos dos malandros ríen de buena gana disfrutando su osadía, abriéndose paso tras las sirenas de las patrullas…


 Así inicia la cinta Intouchables de los franceses: Olivier Nakache y Éric Toledano. Filme delicioso que narra, basada en una historia real, un pasaje de la vida de Philippe Pozzo di Borgo, autor del libro Le Second souffle, tetrapléjico desde el año de 1993 y de su relación con Abdel Yasmin Sellou, su asistente a domicilio. Personajes interpretados en el filme por los actores François Cluzet y Omar Sy.

En esencia la anécdota es sencilla pero altamente gratificante: Philippe, un aristócrata que ha quedado tetrapléjico a causa de un accidente de parapente contrata como enfermero a Driss, un inmigrante de un barrio marginal recién salido de la cárcel. Aunque a primera vista no parece la persona más indicada para cuidarlo, juntos aprenden a convivir arrastrando los resabios y litaciones de un cuerpo endeble tanto como la vitalidad insospechada de la ignorancia, ejemplificado esto en la mezcla de la música de Vivaldi con el soul de Earth, Wind & Fire; moviéndose los parámetros entre la dicción elegante y el mundo del arte, con la jerga callejera… Dos mundos enfrentados que, poco a poco, congenian hasta forjar una amistad tan disparatada, divertida y sólida como inesperada.

Esta película que contiene una comedia fina, se convirtió rápidamente en un fenómeno cultural en Francia, donde fue votada como el evento cultural del año 2011 por el 52 % de los franceses. Además, la cinta volvió a popularizar el clásico: Boogie Wonderland, de Earth, Wind & Fire que es el motor de una escena vital y vigorosamente mordaz al celebrar el cumpleaños de Phillippe...

Vale la pena buscarla y disfrutarla.


martes, 3 de septiembre de 2013

Floresta


En aquella mañana, a penas despuntando el alba, Labrocha se frotó enérgico los brazos, el tronco, el sexo, las piernas y los tobillos sin salir de la sábana. Corrió la cobija y le tapo las piernas turgentes para que no se enfriara. Se lavó la cara y enjuagó la boca con un gran buche. Se puso el pantalón, camiseta, suéter y unos desvencijados tenis de aspecto famélico que para el caso resultaban ideales. La beso en la boca y tomó la correa. Aguantó a pie firme el embate de las expresiones de contento y alegría del cachorro que de la noche anterior a la amanecida estaba más fuerte, más crecido y vigoroso.

Fue al portón y salió al sendero, no sin marcarle “sentado” antes de abrir la puerta y dar la salida. El can apaciguó su ansia, se quedo quieto y espero la señal convenida: y salió volando, agitando con el viento las orejas y paseando de lado a lado el rabo como banderola desplegada en fragata beligerante: “¡Todo a babor! ¡Todos a cubierta! ¡Todo a estribor!” Labrocha cerró el portón, miró a izquierda y derecha curioso antes de iniciar la caminata matutina. Subió la cuesta seguido, alcanzado y rebasado por el cachorro que de trecho en trecho esperaba vigilante al andarín de paso monótono.

Llegaron al bosquecito y el can hizo sus tradicionales tres paradas de rigor, las revolcadas en la tierra suelta y húmeda de la brisa matinal, las olisqueadas en los lugares comunes y los apapachos vigorosos al andarín que sentado en una roca trataba de escribir los versos consistentes, sustantivos y amorosos que le leería a ella al compás de la cuchara parsimoniosa en la taza de café. A sus pies el perro esperó la resolución del dilema. Él quedo satisfecho tras largos instantes de deliberar. Compartió con el bicho un trozo de carne seca que saco del bolso de cuero que pendía de una correa pasada por su hombro, luego de unos momentos echaron a caminar, siguiendo el rumbo marcado por una línea imaginaria a través de las grandes rocas de piel de obsidiana tiradas al vuelo sobre esos lomeríos salpicados de amplias arboledas.

Ya el sol acariciaba con los largos tentáculos las puntas de los árboles tupidos. Ya la naturaleza se agitaba en sus cantos melódicos y sus ritmos diarios. Llegaron al claro que marcaba el ascenso a la troje ubicada en la loma larga de aquel caserío donde esperaba el café, el desayuno humeante y ella. De súbito el can silencioso se paro de golpe. Labrocha apercibido sin dejar sus interiores pensamientos le miró los ojos, puesta la mirada en algún punto ahora indescifrable pero signo inequívoco de advertencia. Recorrió, como quien sigue una línea punteada paso a paso, la distancia visual del can avanzando de su origen al sitio de termino. Ahí estaba, dibujando su silueta en los recortes florales escasos de los troncos añosos que como emblemáticos batallones de infantes salidos de una contienda esperan la carga del rival. Blonda cola erguida, puntiagudo hocico, orejas paradas y esbelta figurilla atlética. Un zorro. Un caza gallinas. Un engaña canes más diestros. Una aparición rojiza en un fondo de todas las coloraturas del verde pensables e impensables. Una ráfaga que no miraba nada y al tiempo atisba todo; nada escapa, nada se pierde.

Duró la aparición diez o escasos quince segundos, una eternidad dentro de la brevedad de la eternidad y el suspiro acaso. E igual de súbito desapareció, dando dos o tres saltitos ágiles,  todo volvió a la normalidad. Supo Labrocha que todo fue cierto porque por una fracción impensable, eterna y breve, el ritmo de las cosas en el bosque se detuvo, paró, cesó.

El can miró nuevamente en presente, observó la cara de perplejidad de su dueño, y cómplice caminó dando ladridos subiendo la cuesta a la troje.




lunes, 2 de septiembre de 2013

¿PARA QUÉ TANTO BRINCO ESTANDO EL SUELO TAN PAREJO?



A FINAL DE CUENTAS LAS PRÁCTICAS ANTIGUAS DEL FASCISMO MÁS RANCIO SE LLEVARON A CABO RELIGIOSAMENTE: LA CAMPAÑA MEDIÁTICA DE LOS COMPINCHES ABONANDO AL HASTÍO Y EL HARTAZGO, LAS MANIOBRAS DISTRACTORAS DE LOS "PACTISTAS POR MÉXICO" Y LA POSTERIOR APROBACIÓN DE LAS LEYES SECUNDARIAS AL VAPOR, LOS GRUPOS INFILTRADOS DE RIGOSOS APUNTALANDO EL DESCONTENTO PUNTILLOSO... EN FIN, TODO AQUELLO QUE COMPONE EL BIEN TRAMADO EJERCICIO DE LA POLÍTICA A LA MEXICANA SIEMPRE AUSENTE, INDIGNA, INCONGRUENTE A TODO AQUELLO QUE NO SEA "SU BIEN" Y NO OTRO.
¡BENDITO SEAS TLATOANI! ¡BENDITOS SEAN TUS ESBIRROS!
¡QUE ZANAHORIA Y PALO NOS COMPLACE EN ESTE SINUOSO CAMINO EN APARIENCIA SIN REMEDIO!

*** Lo que realmente lastima es la forma sucia, oscura y turbia de hacer siempre las cosas "bajo la mesa" que pone en evidencia la presencia del "verdadero" crimen organizado.