miércoles, 24 de octubre de 2012

Memorias del Perro 5



Mi buen amigo de la adolescencia el Perro me llamó. Tenía un buen de tiempo que no sabía de él y su llamada me sorprendió por el tono. Lo primero que me espetó con su lenguaje florido de siempre fue: “Oye que pinche maricón saliste, Labrocha. Murió hace unos días Silvia Kristel y ni un lazo le echaste”. “Pero no sabía. ¿Cuándo y cómo?” :- contesté. “Te haces pájaro, puto. Ya se te olvidó lo mucho que la admirabas, las ganas que te daban de jalarle el pescuezo al pollo nomás con verla, joto... Escribe de las muchas películas que de ella fuimos a ver… Puto de mierda… ¡Maricón!”




Después de la llamada de marras me di a la tarea de buscar información. Efectivamente Silvia Kristel en días pasados murió, murió de cáncer a los 63 o algo más, dejando un legado poderoso en la cinematografía –me atrevería a decir- mundial. Uno de sus Emmanueles, la zaga de cuatro o cinco películas que se filmaron con ese título, duró en cartelera permanente por espacio de 13 o 14 años continuos. Y es verdad lo que dice el Perro; el Nacho, el Nambo, el Banano, el Sarmiento, el mismo Perro, otros y yo vimos todas las cintas de esta actriz que llegaban a Morelia a partir de 1975 que fue la primera vez que vimos Emmanuel en el cine Buñuel, sobre la calle Eduardo Ruiz.



El Perro me hizo recordar que en aquellos días, los días en que salíamos de la secundaria en el Saleciano e ingresábamos a la “prepa” en el Colegio de San Nicolás, nos unía básicamente la edad y las ganas de seguir con el conjunto musical que formamos en la “secu” y que nos daba para vivir con tocadas en fiestas y tardeadas. Nambo, el Nacho y yo nos fuimos a establecer en una casa en la colonia Industrial donde también ensayábamos; el Banano y el Perro siguieron en su casa familiar; las rentas las sacábamos de las tocadas y del “hueso” que agarramos en la zona de tolerancia animando musicalmente a las desnudistas flaconas o gordas que bailaban en “los congales” de martes a sábado hasta la amanecida. Era un verdadera joda por las desveladas pero bien pagados…



Y como ya se imaginará estimado lector hipotético nos unía el desmaus, los descubrimientos de la edad y un gusto enorme por el cine. Tengo que decir que vimos cantidades industriales de películas italianas, japonesas, inglesas, alemanas, gringas, francesas, mexicanas... Al respecto abría que señalar, la cuidad entonces ofrecía una cantidad diversa de oferta cinematográfica todo el año, no era para nada la limitada de hoy en día que responde solo a la única oferta de las multinacional norteamericanas y las cuantas productoras nacionales que logran colarse a las dos o tres cadenas exhibidoras que rigen el momento. De esa diversidad uno podía escoger lo que quisiera, disfrutarlo sin pudor y sin esa suerte de coacción que hoy por hoy hacen los exhibidores al tener como treinta o cuarenta salas, donde sólo presentan unas doce o trece películas como máximo y el resto es lo mismito.



En 1974 se estrenó Emmanuel dirigida por Just Jaeckin basada en una novela de Emmanuelle Arsan, la exhibirían en Morelia al año siguiente y entramos al cine ahora sí que por accidente; no teníamos referencias ni idea de lo que atestiguaríamos; simplemente entramos en bola y nos maravillo. Abría un espacio nuevo en el campo de lo sensible; sensual, erótico, voluptuoso; maravilloso pues la mojigatería de los años setenta en Morelia era opresiva. Si bien la película italiana homónima de 1969 nos gustó cuando la vimos meses después, el filme de la holandesa Kristel nos había seducido y creí entender los textos del Marqués de Sade que leía en aquellos días.



Emmanuel I nos trajo un cine novedoso, exuberante, cargado de palabras seductoras y Emmanuel II nos enseñó un lenguaje de imágenes idílicas que por sí mismo resultaban un asombroso viaje al lívido. Poco puedo agregar a lo mucho que seguramente se ha escrito y escribe entorno a esta zaga de películas realizadas alrededor de esta bellísima actriz. No sé si para las juventudes de hoy –sí para los cuarentones y cincuentones- que han visto de “todo” sin artificio, estos filmes puedan tener esa aura de sonrojo y calor que nos producían en los sesenta, ni ese deslumbrante despertar que las imágenes nos producía, pero si sé que es indispensable disfrutar plenamente de un monumento a un cine que en su tiempo fue renovador y estilísticamente opuesto a la industria porno que ya se aposentaba sin anécdota y sin hilo referente, a más de los alardes físico-atlético de sus intérpretes.


miércoles, 17 de octubre de 2012

CRÓNICA DEL DIA



Hace un buen de tiempo, años ya que las sirenas de las patrullas, las ambulancias, el rechinar de las camionetas o camiones en fuga de los soldados y el ulular de las aspas de los helicópteros no dejan de sonar en todo el cielo de la capital del Estado de Michoacán. Y no es que vivamos en un estado de sitio, en un estado de alarma constante, en un “santa maría madre de Dios”, pues los robos a casa habitación se han incrementado en un doscientos o trescientos por ciento en la capital y no, seguro y estamos seguros con esta autoridad … Simplemente vivimos indiferentes ante el caos que sí ya llegó a la esquina, mientras no entre a nuestra casa, no es asunto nuestro.

Debo decir en descargo de la situación y sus provocadores que, nunca se vivió en una calma absoluta, Michoacán siempre ha sido espacio propicio para experimentar situaciones y sucesos que en otras partes del país alzarían ampolla pero que aquí son sólo eventos del día: un ejemplo, unos tales lanzando cabezas humanas sin tronco ni extremidades dentro de un centro de diversión nocturna y de tubo en Uruapan, no deja de escandalizar un poco, pero después de la enorme tradición de matazones y sucesos funestos en tierra caliente, esas cabezas rebotando, rebotando en la duela son simple anecdotario de reporteros amarillistas. Acá la cosa no pasa de ser uno más de los temas del día a día, nadie puede contradecir el que alguien diga: “de seguro, andaban en malos pasos” y terminó la conversa sin alarmas ni sobresaltos.

Con sonrisa fingida y etílica –como es bien conocido-, el querellante entonces a Los Pinos, finca así designada por otro ilustre michoacano como casa y bendito santuario del Presidente de la República, comprometió con todo el peso de su labia una frase excelsa: “Si votan por mí, a Michoacán le ira muy bien”. Y sí, hubo quién voto. Pero después del fraude que todos conocimos y de “la marcha de la lealtad” del ejercito mexicano donde apareciera con trajecito verde el “primer jefe” al mando, sin empacho lanzó la ofensiva primera ¿y dónde más?, en el terruño que años atrás lo había despreciado como candidato al Solio de Ocampo.

El primer propagandístico zarpazo fue el arresto –en un bautizo- de lideres del cartel en boga en la entidad, “La Familia” que hace cosa de una década o más cosecha blasones, miedos y lealtades en todos los rincones de este lado de la cordillera. La siguió seguros y sin dudas, basados en lo que alguno de aquellos ángeles caídos rajaron en cambalache de su seguridad, como testigos protegidos, “quienes” eran en el gobierno izquierdoso y entrarte, malicioso y perverso,  sus cómplices en el ámbito estatal y municipal… Y ¡zas! El sainete conocido como el “michoacanazo” agarró a propios y extraños fuera de base. Sin más seguridad que aquellos datos supuestos aportados por los caídos en desgracia, la fuerza al mando del “primer jefazo” del orden entro en acción, arrestó y arrastró a funcionarios y alcaldes, saltándose los protocolos y la mínima soberanía que los Estados soberanos poseen ante la Federación. Y la política de la denuncia y la pica entró en acción. La propaganda oficial fue abundante, pronta… Fútil y estéril a luz de los hechos en progreso a continuación. Sin embargo, cachiporra en mano arrestó, arraigó y encarcelo a aquellos muchachos que meses después o años después revertieron una a una las acusaciones federales y los supuestos por los que se les difamó, maltrató y consignó públicamente en la hoguera de los delitos sólo achacables al etílico aliento del sobrado poder sin legitimidad.

Nunca antes como ahora el nivel y las evaluaciones educativas del estado, Michoacán produce el número más alto de master y doctores en ciencias educativas del país, han sido tan bajas, se raya en el último lugar en todos los rubros, la deserción en los niveles de primaría y secundaria son brutales y el ausentismo de los profesores en las aulas es monumental. Sin embargo la batalla cotidiana por posiciones de poder por todas las partes actuantes que van en un vaivén constante de servilismo ayudante, a aposición y dádiva, es la legítima astucia de un sistema que estatal y municipal se mueve en la línea y rigor del impulso del péndulo. De ahí que el michoacano promedio ni se apresura demasiado cuando hay tomas de edificios, plantones, marchas y demás manifestaciones … Bueno, ni aquellas donde “el fin de fiesta” deja uno, dos o tres carros en llamas. Las angustias y sobresaltos son cosa nomás de chilangos fronterizos (pirindas, “los de en medio”), saqueadores de salarios, bienes y lugares de empleo.

El fascismo del neo-retro PRi hoy nos campea. Y aplaudimos al ignorante, al enfermo, al arrogante poseedor del discurso clerical, vacuo y estéril que desde "la ley", siempre resguardado en la bandera del porrismo nicolaita disfrazado de altos vuelos, simula, disfraza al lobo de cordero.

Somos una raza indolente, apática, ocupada en alcanzar las migas o moronas que van rodando del nido de la iniciativa privada y el poder. Perdimos en el camino esa suerte de rancia aristocracia que aún a la gente más pobre y plebe rodeaba: En el desencanto del camino por lo tanto, adquirimos los ropajes más tristes del clientelismo, la cobardía, la tolerancia a lo infausto, a lo injusto, a lo apolítico, a lo no combativo de nuestras ideas y derechos aunque fuera como seres humanos. No sé si alguna vez Morelia o Michoacán, las personas que aquí habitaron, tuvieron esa fortaleza de miras, esa gana de pretender algo mejor para sus vástagos, algo menos perruno para el futuro … No lo sé, seguro no lo sabré nunca y es una lástima verdadera que llegue al final de mis días con esta sentida amargura en el paladar.

martes, 16 de octubre de 2012

UNA MAS…


Lo he dicho antes: Michoacán, nuestro estado ha sido permanentemente un laboratorio político donde la caterva de sectas (ex porros de la UMSNH unidos en agrupaciones afines al PRI) han plantado sus reales. Jamás buenos en nada relativo a lo profesional: salvo en depredar los fondos públicos, las esperanzas y promesas a una sociedad siempre indignada pero pasiva y tolerante. Por años los ha tolerado a “ellos”, sus triquiñuelas, sus raterías, sus promesas incumplidas siempre 
Nací en un tiempo de turbulencia, anterior al emblemático 2 de octubre nacional que todos mencionan, polverada moreliana premonitoria de esa fecha que convulsionó a esta ciudad y Estado de la República. Tiempo de bullanga y protesta legítima que permitió -una vez más- el apropiamiento hegemónico por la fuerza de la gendarmería y la soldadesca del reinante PRI. Con Arriaga Rivera no sólo se apropiaron de la universidad michoacana y evitaron su posible desarrollo a futuro sino que descabezaron cualquier protesta e indignación al tiempo que controlaron -los porros, futuros políticos de el ahora-, la dirigencia de aquellos grupos de porros en espera y en embrión; la nueva dirigencia partidista se planto con pompa y boato hasta la eternidad de los tiempos.

Con Martínez Villicaña el descabezamiento del naciente PRD se dio en las calles, en las oficinas burocráticas, en las aulas... a contrapelo del movimiento sentimental y nostálgico de las fuerzas vivas del ámbito más hambriento de la urbe y el campo. Su naturaleza cardenista propició y justificó que en el feudo del “Tata” se buscara la limpieza al tiempo que la resistencia tomó forma. No hubo lugar donde no se escarbara ni rompieran las estructuras reemplazándolas por otras afines, dóciles e igual de corrompidas. Como evidencia inmediata las calles de la capital empezaron a conocer la invasión de los vendedores ambulantes que pegados a facciones partidistas activas jugaron su juego en la política ratonera local; cuyo inicio del clímax apareció con el advenimiento del primer perredista Presidente Municipal de Morelia y el priísta Gobernador Interino; años después –risible sólo imaginado en Michoacán- candidato perredista al Solio de Ocampo.

Por supuesto en este gran laboratorio las esperanzas siempre truncadas han tenido sus momentos bajos y altos –como señala el canon para cualquier romance que se precie en serlo-. Y los años de perredismo fueron de la expectativa esperanzadoras a la decepción más burda. Jamás satisfecha, jamás cumplido un mínimo anhelo; solo descalabros en las raterías del erario publico en negocios familiares nunca cuantificados, nunca penalizados ni siquiera comprobados porque ese caciquismo del “Tata” y su progenie sigue … y seguirá presente cual mancha corrosiva.

Así, tras un fallido encuentro con las políticas federales encabezadas por un ilustre hijo de estas tierras -derrotado antes aquí mismo por el porrismo priista-, nadando en la corriente, a compraventa de votos por kilos de cemento dimos paso de regreso al nepotismo, al caciquismo, a los grupos hegemónicos de choque, “la mano dura” e igual el negocio de familia y el fascismo de clase de la mano del viejo porrismo partidista nicolaita más soberbio, más descabellado e ilustremente ignorante…

Y este fragmento de columna publicada en la prensa nacional sólo describe la triste parte de un problema de décadas.


Astillas
Fausto Vallejo está decidido a hacerse valer a golpes como gobernador. Se enfrenta a una situación delicada, pues grupos estudiantiles altamente politizados pelean por reivindicaciones diversas mediante métodos como las tomas de edificios escolares, la apropiación de vehículos oficiales y la beligerante protesta pública que en otras ocasiones les han permitido desembocar en arreglos aceptables para ambas partes. Pero Vallejo ha decidido hacer a un lado las estrategias políticas y sustituirlas por el código penal y las fuerzas policiacas. El resultado es alarmante: más de 170 normalistas han sido detenidos; otros, golpeados; vehículos, incendiados, y se vive en Michoacán una tensa expectativa respecto a la capacidad política de ese gobierno de por sí endeble. Las imágenes de jóvenes ensangrentados, y de policías en gozoso ejercicio de la represión impune, enmarcan la frase de diazordacismo desesperado de Vallejo: no habrá tolerancia para grupos radicales. Irónico es, además, que en una entidad tomada bajo control férreo por grupos de narcotraficantes, sin respeto alguno por leyes ni instituciones, el gobernador Vallejo y los empresarios locales invoquen el estado de derecho como algo que debe ser defendido a sangre y fuego pero contra estudiantes de normales rurales... ¡Hasta mañana!

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