jueves, 28 de agosto de 2008

Nuestra propuesta para la XXXI Temporada

En complicidad con el grupo AUX presentamos a la convocatoria de la Secretaría de Cultura de Michoacán la propuesta siguiente. Ahora que se ha declarado desierta la convocatoria nos lamentamos ampliamente y por eso nos proponemos hacerla pública.


Como parte de una bien estructurada política de estado cuya pretensión fue catapultar a Michoacán como un paradero turístico, cuya oferta principal tuvo las particularidades de sus tradiciones y las manifestaciones artísticas como centro neurálgico. Durante el segundo lustro de la década de los años sesenta del siglo anterior, manifestaciones como el Réquiem de Mozart y el don Juan Tenorio de José Zorrilla encontraron cabida hombro a hombro con la Noche de muertos de la zona lacustre del Lago de Pátzcuaro. El resultado de esa eficaz campaña se manifiesta ampliamente en el lustro más reciente, la ciudad de Morelia, capital de la entidad, es acreedora al titulo indiscutible de centro más prestigioso y paradero turístico con mayor afluencia reconocido, sin atractivos de playa, de la República Mexicana. A más de poseer el reconocimiento de ser Patrimonio de la Humanidad.

¿Por qué el don Juan Tenorio y no otra propuesta escénica?

Ya durante los años 1965 y 1966 una compañía proveniente de la ciudad de México había presentado en el patio principal de Palacio Clavijero, con éxito incuestionable, la representación del drama clásico de José Zorrilla. Por tales motivos a solicitud e insistencia de la Mtra. Margarita Gallegos y algunos otros personajes locales, las autoridades de la ciudad decidieron propiciar para el año 1977, ya en el patio de la Casa de la Cultura, la primera de las 30 temporadas consecutivas del don Juan Tenorio. Bajo la dirección del Mtro. José Manuel Álvares, desde un principio, dicho evento permitió el roce y participación de actores locales con figuras del orden nacional, sus personajes los han interpretado ilustres actores tales como: Yudi Ponte, Martha Ofelia Galindo, Memo Orea, Arturo Casanova, Blanca Sánchez, Manuel Guíza, Humberto Pineda, Domingo Vega, Selma Sánchez, Maripaz García, Juan Carlos Barreto, José Solís, Jesús Pérez Gallardo, Juan Carlos Remolina, Luis Couthuriel… Y han dirigido en estas primeras treinta temporadas: José Manuel Álvares, Alfredo Durán, José Solé, Roberto Briceño y Gustavo López Jiménez (en mancuerna), Jesús Herrera y Manuel Ortega. Desde un principio, la apuesta fue potenciar la ciudad de Morelia y el recién rescatado y restaurado edificio donde se instaló la Casa de la Cultura de Morelia.

Durante los días principales de la celebración de Noche de Muertos (1 y 2 de noviembre), como complemento, se realizaron magnos eventos en las poblaciones de Zintzuntzant y Pátzcuaro. Además que en muchas de las temporadas, principalmente durante la década de los años ochenta, se vieron beneficiadas en su recorrido poblaciones tan distantes como: Uruapan, Zitácuaro, Jiquilpan, Cuitzeo.., etc.

En este sentido, la tradición ha sido un hecho donde poco más de tres generaciones de personas: directores, creativos, músicos, actores, promotores, vestuaristas, técnicos, transportistas, realizadores e innumerables personas han participado activamente. La propuesta estética inicial se mantuvo por muchos años, su principal motivo fue el homenaje consecutivo que José Manuel Álvares realizaba a la tradición establecida por el actor Gonzalo Correa que en ese entonces ya rebasaba la década realizando el personaje de don Juan. Asimismo, los cortes realizados al texto original publicado en la “Colección Sepan Cuantos” de la Editorial Porrúa por Álvares, son los mismos que el actor arriba mencionado utiliza hará casi 46 años que lleva representando al personaje.

Con el advenimiento de otros directores, otros discursos escénicos y otros recursos, la propuesta estética ha variado permitiendo propuestas audaces y majestuosas, como la realizada durante la celebración de la temporada vigésimo quinta que se representó por primera y única vez fuera de la Casa de la Cultura de Morelia, regresando al patio principal del Palacio Clavijero. O bien, durante las temporadas vigésimo octava y vigésimo novena que salió del recinto de Tzintzuntzan y fue albergada en la población de Erongarícuaro. Año con año se ha buscado con esmero en presentar un espectáculo más completo, a ratos más ostentoso, pero fundamentalmente un espectáculo que cumpla con los intereses y expectativas de un público creciente que cada vez se desplaza de lugares más lejanos de la geografía mexicana para ser parte, como espectadores, de un suceso teatral que parece seguir interesando.

LA PROPUESTA

Nuestra propuesta estética consiste en propiciar un espectáculo teatral dentro del patio principal de la Casa de la Cultura de Morelia (tal como se aprecia en los anexos de imagen), donde el escenario será el patio y una estructura escénica construida sobre la fuente central del claustro, cubriéndola. Una pantalla y la utilización de los muros como espacios de proyección en donde el Live Cinema jugará un papel importante recreando, en el segundo acto particularmente, el universo imaginario que se produce en los pensamientos de don Juan Tenorio consumido por el remordimiento.

Live Cinema, es una técnica de creación audiovisual que trabaja de manera no lineal, es decir, no se pretende hacer ni cine ni narrativa estricta, sino que mediante la presentación en tiempo real de imágenes que son actuadas frente a las cámaras del sistema (ex profeso) se muestran a una audiencia de manera simultánea a su ejecución, de tal manera que dicha disciplina se encuentra entre el performance y el cine. Un acto escénico espontáneo y monitoreado en video para una audiencia enterada de que todo se realiza frente a ella sin existir el velo amable de la edición ni de los ornamentos de la post producción.

martes, 19 de agosto de 2008

Una imagen tradicional

Un buen día andaba buscando elementos para complementar una utilería de una obrita de teatro. Andaba en uno de esos mercados que en muchos lugares llaman de "pulgas", acá les dicen de "tiliches" o "fierros viejos". Cuando estaba en un puesto de libros me encontré con esta xilomixtura titulada: Campesinos de Patamban. Me gusto en cuento la vi. Y más gusto me dio, cuando la firma me habló de uno de los maestros michoacanos más conocidos por sus grabados costumbristas de personajes regionales. El estimado Mtro. Rodríguez Oñate. Este grabado es de 1992.
Actualmente, el maestro Rodríguez Oñate, está al frente del Ex convento jesuita en Pátzcuaro, Mich.

De la más reciente remodelación



Estas imágenes muestran el interior del teatro más emblemático de la ciudad de Morelia. El Teatro Ocampo. Tomadas por Jaime Laguna.

Como se observa hay detalles de las condiciones tan paupérrimas y apremientes en las que Rubén Ramírez y el personal técnico de este recinto trabajaron durante las décadas de los años setenta, ochenta y parte de los noventa.



Corresponden a la remodelación que durante la anterior administración del Mtro. Jaime Hernández Díaz (actual Secretario de Cultura) al frente del entonces Instituto Michoacano de Cultura, realizó durante los años noventa.

Como se puede observar, el recinto es un viejo teatro de herradura edificado durante el siglo XIX que ya en anteriores restauraciones echaron a perder otros dichosos arquitectos. La magnificencia y sobriedad de los espacios, y más que nada su utilidad práctica -en términos escénicos-, normalmente quedan relegados a segundo plano cuando "tarugos con iniciativa" ignoran el fin para el cual fueron edificados tan magníficos espacios. En el caso del Teatro Ocampo, con el correr de los años, se fue orientando más por iniciativa de los músicos y desaciertos de las autoridades, para convertirse en una sala propia para música que en un recinto teatral, aunque habría que decir que cuenta actualmente con buenas herramientas iluminotécnicas y de tramoya gracias a la constancia y tezón de Rafael Delgado y el actual cuerpo técnico.



Cuando se reflexiona en torno a la problemática de los espacios teatrales, sus costos en nómina y mantenimiento, uno pudiera entender lo gravoso que puede resultar para cualquier administración en los tres ordenes de gobierno su manutención. Sin embargo, si la atención se centra en que se hace con dineros públicos, cuyo fin último debe ser el beneficio colectivo, entonces el recurso adquiere otro destino, el de inversión con caracter de beneficio social. De la misma manera que la infraestructura debe actualizarse y tenerse en óptimas condiciones, los programas de capacitación, fomento y fortalecimiento de las actuvidades destinadas para la escena deberían encontrar mayor estímulo y presupuesto.
Michoacán en este sentido, es uno de los estados de la República Mexicana con mayor recurso público destinado a dichas actividades. Las diversidad misma de las actividades artísticas es su razón. Pero, sin hacer un gran esfuerzo de imaginación, si aquí las cosas están tristes y francamente complicadas, como estará en otros lugares donde ni siquiera existe un instituto estatal destinado al fomento de la cultural.

mi familia


En la imagen de arriba, mis papás y el barrigón ese, soy yo.

En la imagen de abajo esta mi abuelo y Melchor. Mi abuelo vivió como dice la canción, "con el siglo". Se adelantó en la década de los años noventa. Tenía noventa y tantos -no lo recuerdo-.