martes, 23 de junio de 2009
French Contack
Ya describí en otro momento como el cine Colonial reunía a un buen numero de los estudiantes de preparatoria en los inicios de la década de los años setenta. El galerón que albergaba el cine era amplio. Con butacas de madera maltratadas. Pasamanos de herrería muy gastada. Quien sabe cuantos años ya tenía funcionando como teatro o cine ese lugar que al parecer era de la misma familia Gallegos que tenía el cine del Río, “el piojito” como también le decían, pero que daba funciones de películas mexicanas de filmes de charritos y canciones bravías; ahí ví “El ojo de vidrio” con Antonio Aguilar y el Chelelo.
Pero volvamos un momento a los recuerdos del cine Colonial. Como ya dije era un galerón amplio. Tenía una luneta que prácticamente cubría el 35 por ciento de la superficie total del cine, como a unos cinco o seis metros de altura sobre el piso. Ahí nos instalábamos quienes tratábamos de ver el cine o quienes nos la pasábamos echando relajo tirando bolitas de papel desde la luneta. También los que poca lana teníamos para la entrada. Los jueves eran especiales. Ciclos de cine de diferentes países y directores. El jueves siempre fue mi predilecto.
Me paso que trate de ver Contacto en Francia dirigida por William Friedkin como cuatro o cinco veces. Siempre pasaba algo. Se iba la luz. Se armaba la camorra. Unos jotitos se agarraban de las greñas y se rompían las medias. Algo sucedía y la cinta se paraba. El "cácaro" en turno andaba más hasta atrás que de costumbre. Esa cinta, la primera parte fue producida en 1971. Gene Hackman ganó el Oscar en el 72, al mismo tiempo que Roy Scheider era nominado también aunque no ganó. La segunda parte se produjo en 1975 y también trate de verla pero algo sucedía igual. Así que desistí. Aunque ya cerca de la década de los ochenta las pude ver completas ambas y divertirme con el malvado Fernando Rey que hacía del mafioso de Marsella Alain Charnier; escurridizo y jijo de su...
La historia según se decía estaba basada en sucesos reales acontecidos a dos policías de la “gran manzana”. Estos policías: Popeye Doyle y Buddy Russo. Siguieron una serie de pistas que los llevo a conocer una liga del narcotráfico que denominaron la “conexión francesa”. Al parecer, la heroína proveniente de Asia y el África pasaba por Marsella y llegaba a Nueva York, invadiendo las calles y el bajo mundo. Estos policías conocieron de “la operación” descifrándola y que el filme muestra complicadísima; atraparon a un gran número de involucrados luego de sus pesquisas. Es una película interesantísima. Llena de momentos de suspenso. Plagada de escenas muy atractivas ahora, por supuesto en los días que narro, fue algo así como una suerte de fantasía deslumbradora y poderosamente atrapadora. Es uno de esos clásicos que si no haz visto, nomás por conocer la historia del cine norteamericano, deberías conocer.
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