sábado, 19 de julio de 2008
Los años setenta
El segundo lustro de los años sesenta nos encontró inmersos en la pantomima y el arte del payaso. Para quienes iniciábamos entonces en los derroteros de las artes escénicas el paso obligado fueron el arte del silencio, la acrobacia, y el payaso musical. La palabra y el gusto por su sonoridad y conceptos, vino después.
Grupos de mimos como el Yesterday, la Línea Sonriente, el Círculo Blanco o el Colectivo Artístico Morelia reinaban en las plazas públicas y en los patios de las escuelas. Los colectivos aquí mencionados son los que recuerdo, pero fueron muchos los que realizaron su labor escénica por la capital y el Estado.
Un puñado de entusiastas y locuaces como yo, a finales de esa década, nos juntamos en algo que denominamos el Laboratorio Proceso. Las imágenes aquí nos muestran todavía siguiendo los principios del rostro blanco, el silencio y el concepto de la caja trasparente. Pronto lo rompimos buscando maneras de comunicación más directas y empezamos a explorar en los sonidos onomatopéyicos, utensilios escénicos, objetos y en otros estilos de lenguajes visuales y musicales.
Era tal la efervescencia y diversidad que el Mtro. José Luis Rodríguez Avalos y el mimo Sigfrido Aguilar organizaron y produjeron el Festival Nacional e Internacional de Pantomima que con el tiempo paso a ser parte de la programación anual de la ciudad de Guanajuato Gto. y tal como sucede en Morelia y Michoacán, la sin memoria produjo su efecto.
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