sábado, 18 de mayo de 2013

“Nosotros los Nobles”


Recientemente nos enteramos que la película mexicana (creo Ópera Prima) de Gaz Alazraki es la más taquillera de la historia del cinito mexica, por arriba de aquella cinta “El padre Amaro”, de grande celebridad.




Varias circunstancias suponen tal resultado exitoso. La primera, la enorme difusión y promoción de las mega cadenas propietarias de las salas que se han preocupado en multi promoverla; segundo, la muy buena cirugía plástica hecha al libreto de Luís Buñuel, “El gran calavera” de 1949 que ya de suyo era muy bueno; y tercero, la aparición fuera de la ficción cinematográfica de estas “ladys” hijas de papi que ahora, con el regreso del imperial PRI, pululan a cada hora haciendo de su vanidad gala. El público, cuando menos en la ficción, como en la Lucha Libre mexicana, quiere ver un poco de irónico histrionismo y sufrimiento.

Debo decir que todos los epítetos y elogios otorgados a la dichosa peli serían pocos y demasiado pequeños, ya el dibujo de los personajes en el 49, los hicieron con la consabida maestría Fernando y Andrés Soler. La trasportación del argumento a la realidad del tiempo presente es buena, deja a un lado ciertas gazmoñerías que hoy ya caducaron y el reparto, fuera de “la Señora Presidenta” responde al casting. Sin embargo, ante tal avalancha, uno no deja de observar como éste cine plagado de pequeñas capsulas de moralina, acrítico y siempre melodramático no se rinde y permanece latente en la intencionalidad de gobernar la voluntad y deseos del grueso social.







Al mismo tiempo, casi oculto en la enorme repetición de programas y carteleras repetidas una y otra vez hasta la nausea, otras películas mexicanas vieron su paso por las salas. Un ejemplo de esto fue “El ciudadano Buelna” que paso sin pena y sin gloria, y que más de algún mequetrefe de la organización Cinépolis dijo que "había fracasado", cuando ni siquiera se sabía claramente en que sala se podía ver. En fin, “el ciudadano” es una cinta de Felipe Cazals (Canoa y el Apando) que a mi ver, más allá de su discurso lento propone una crítica bastante inteligente a la “historia oficial”, tan cargada de impostura y mentiras que se repiten en el presente como jotas siniestras.




Este si es Rafael Buelna, el héroe revolucionario.



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