viernes, 21 de noviembre de 2014

El abismo de la noche


El abismo de la noche,
no es como otros abismos,
tiene fondo:
susurros,
besos amorosos,
gritos desgarrados,
silencios interminables,
risotadas;
maullidos placenteros de gatos en los tejados.
El dolor es también un ilustre apellido
que acompaña al insomnio,
continuo,
sistemático,
exhaustivo, voraz…
Estamos desarmados como sueño en andrajos
los dos;
las cuatro piernas,
las dos caderas,
las manos.
Insomnios con los ojos
y los dientes apretados:
y me aferro a tu cuerpo
turgente,
sinuoso,
cálido.
Tal y como asevera Brecht:
“Cargo el tabique para
que se vea el tamaño de la casa”.

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