sábado, 22 de marzo de 2008

Otros maestros de las artes 5


Como ya referí antes, a Rodrigo Villamil lo conocí allá por 1978 0 1979. Venía de la ciudad de México donde estudió entre otros maestros con Julio Castillo. Estaba rebien locuaz. Era alegre. Desmadroso y disciplinado. Aunque pocos conocían el lado oscuro de su otra personalidad.
Trabajamos juntos un buen de años. Me obligó, prácticamente lo hizo, a escribirle obritas, proyectos y textos para publicar. De él aprendí mucho. Principalmente, a entender el por qué una persona es capaz de abandonar todo por el ideal de la obra artística. Y cuando digo abandonar, y me refiero a eso, incluso la vida.
Rodrigo un buen día se fué buscando el instante mismo de la creación que no sé si encontró luego. Tuvimos la impresión de que la sirrosis se lo tragó. Pero estoy más que cierto que fue el mucho talento que guardaba en él; talento que las circunstancias le fueron negando la oportunidad de exteriorizar; el talento lo consumió.

"¡Haz de ser de humo...!": nos decía haciendo un gesto con las manos.... Y por supuesto, nos retorcíamos de la risa.

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